Descubre uno de los métodos científicos más efectivos para alcanzar tu florecimiento personal
El florecimiento humano es mucho más que estar bien: se trata de desarrollar nuestras capacidades, virtudes y fortalezas en la vida cotidiana. Este concepto integra dimensiones emocionales, sociales, cognitivas y espirituales, y se traduce en una vida con sentido, satisfacción y valores como la empatía, la compasión y la justicia, que benefician tanto al individuo como a su comunidad.
¿Qué dice la ciencia?
Los psicólogos Martin Seligman y Christopher Peterson, pioneros de la psicología positiva, desarrollaron en 2004 un modelo para identificar y potenciar las cualidades positivas del ser humano. A diferencia del enfoque clínico tradicional, que se centra en diagnosticar trastornos (como lo hacen el DSM-V o la CIE-10), la psicología positiva busca comprender qué nos hace prosperar y cómo cultivar esas condiciones.
Uno de sus aportes más influyentes fue la creación del Inventario VIA de Fortalezas de Carácter, que clasifica 24 fortalezas agrupadas en seis grandes categorías: Sabiduría, Coraje, Humanidad, Justicia, Templanza y Trascendencia. Esta clasificación surgió de un meta-análisis de más de 2,500 años de literatura en filosofía, ética, leyes, religiones y culturas diversas, llegando a un consenso sobre cuáles rasgos humanos son universalmente valorados por sus beneficios individuales y colectivos.
Una experiencia aplicada en el aula
En la clase universitaria de Bienestar Personal del Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México, desarrollamos un proyecto de investigación para explorar cómo la tecnología y la gamificación pueden impactar el bienestar de los estudiantes.
El reto: invitar a los alumnos a conocerse a través del Inventario VIA, evaluar sus fortalezas personales mediante herramientas psicométricas y autoindagación, y luego aplicar este conocimiento en un ejercicio titulado “Usando mis fortalezas como herramienta de afrontamiento”.
Reacciones automáticas vs. fortalezas conscientes
Desde la psicología clínica, se reconoce que los desafíos diarios generan estrés y malestar emocional que nos llevan a actuar en “modo automático”. Este patrón reactivo suele alejarnos de nuestra mejor versión.
El objetivo de este ejercicio fue invitar a los estudiantes a enfrentar situaciones estresantes activando sus fortalezas de forma consciente, en lugar de dejarse llevar por respuestas impulsivas.
Acompañamos a 120 alumnos en este proceso de autoevaluación y reflexión, y posteriormente analizamos los resultados a través de un ejercicio narrativo donde debían modelar nuevas conductas alineadas con sus fortalezas. Estos fueron los hallazgos:
🟢 El 75% de los alumnos se sintió plenamente identificado con los resultados del test.
🟡 El 17% se identificó parcialmente.
🔴 El 8% no logró reconocerse en sus fortalezas.
¿Por qué algunas personas no se identifican con sus fortalezas?
Esto podría deberse a una baja autoestima, falta de autoconocimiento o a lo que llamamos “ceguera de fortalezas”: cuando hemos desarrollado ciertas cualidades, pero no las reconocemos como valiosas o distintivas porque las vivimos como “normales”.
¿Y al momento de actuar?
En cuanto a la implementación práctica, se observó lo siguiente:
El 67% fue capaz de adaptar su actitud y conducta a partir de sus fortalezas.
El 58% no fue específico en su ejercicio narrativo, lo que disminuyó la probabilidad de aplicar cambios reales.
El 3% no realizó el ejercicio adecuadamente, lo que impidió integrar sus fortalezas a su vida cotidiana.
Las situaciones estresantes elegidas por los estudiantes se agruparon así:
33% problemas de organización del tiempo
18% desafíos académicos
13% procrastinación
5.6% necesidad de control
5.6% problemas de sueño
Menor incidencia en: problemas vocacionales (1.8%), nutrición (1.8%), situaciones sociales (3.7%), motivación (3.7%) y disciplina (3.7%)
¿Qué aprendimos?
Confirmamos que el Inventario VIA es una herramienta valiosa para promover el autoconocimiento y el desarrollo personal. Sin embargo, también observamos que reconocer nuestras fortalezas no siempre es fácil: requiere un nivel de conciencia, reflexión y guía.
Los ejercicios narrativos fueron clave para evaluar la flexibilidad cognitiva y el nivel de autoconciencia de los participantes. Cuanto más específico era el relato y mayor la creencia en la autoeficacia, más probable era que se generaran cambios reales.
En algunos casos, una intervención personalizada puede ser necesaria para ayudar a las personas a traducir sus fortalezas en acciones concretas.
¿Y tú, sabes cuáles son tus fortalezas personales?
Te invito a dar el primer paso:
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Aqui algunos tips para comenzar a fortalecer tus fortalezas personales una vez que las tengas identificadas:
🔹 Empieza el día con una intención basada en una fortaleza: Elige una de tus fortalezas principales y piensa cómo podrías aplicarla en tu jornada. Por ejemplo, si tu fortaleza es la gratitud, puedes comenzar el día escribiendo tres cosas por las que te sientes agradecido o expresándolo a alguien cercano.
🔹 Redefine los retos cotidianos: Ante una situación difícil, detente un momento y pregúntate: ¿Qué fortaleza podría ayudarme a enfrentar esto de manera más constructiva? Tal vez la autorregulación te permita manejar mejor el estrés o la perspectiva te ayude a ver el problema desde una visión más amplia.
🔹 Diseña microhábitos: Transforma tus fortalezas en pequeñas acciones diarias. Si tu fortaleza es la amabilidad, podrías proponerte dar un cumplido genuino al día. Si es la curiosidad, puedes comprometerte a aprender algo nuevo cada semana.
🔹 Fortalezas en relaciones: Usa tus fortalezas para mejorar tus vínculos. La equidad puede ayudarte a escuchar más antes de juzgar, y el perdón puede facilitar la reconciliación en un conflicto. Intencionar el uso de tus fortalezas puede transformar tus interacciones.
🔹 Haz un “diario de fortalezas”: Cada noche, anota un momento en el que utilizaste alguna fortaleza durante el día. Este ejercicio te ayuda a tomar conciencia de tus recursos internos y a fortalecer tu identidad positiva.
🔹 Aplica tus fortalezas al trabajo y estudio: ¿Cómo puedes usar tu perseverancia en un proyecto complejo? ¿De qué forma tu sentido del humor puede aliviar la tensión en tu equipo? Encontrar estos puntos de conexión mejora tu motivación y desempeño.
🔹 Cuando te sientas abrumado, respira y recuerda tus recursos: Usa tus fortalezas como anclas internas. No se trata de ignorar el malestar, sino de recordar que cuentas con herramientas personales para afrontarlo con integridad.
Investigador: Psic. Alejandro Chávez López & Dra. Pilar Bernal Pérez
Asistentes de investigación: César Genaro Leyva & Marcela Cerecedo